1 HORA HISTORIAS DE TERROR con Tormenta para Dormir: Relatos Oscuros De la DARK WEB 25d4d

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Todo empezó una tarde gris, cuando decidí aventurarme en lo que muchos consideraban un territorio prohibido. La Dark Web. Había oído hablar de ella en varias ocasiones, siempre en tono de advertencia, pero esa misma curiosidad que muchos sienten hacia lo prohibido me llevó a investigar. No tenía intención de involucrarme en nada ilegal ni peligroso, solo quería ver qué tan oscuro podía ser ese rincón escondido de Internet. Sin embargo, no estaba preparado para lo que me esperaba. Era una tarde común, o al menos eso pensaba yo.

Mientras navegaba por mi navegador Tor, de repente me encontré con un enlace en un foro, un enlace que parecía tan inofensivo como cualquier otro. Pero algo en mi interior me dijo que debía hacer clic, algo que me atraía, que me empujaba a desobedecer mi sentido común.

El enlace me llevó a un sitio con un diseño muy básico, pero oscuro, con una interfaz que parecía sacada de una película de terror, letras rojas sobre un fondo negro. Nada especial a simple vista, pero al leer el nombre del sitio, algo se estremeció en mi interior. No recuerdo el nombre exacto, pero las palabras sin retorno estaban claramente presentes en algún lugar de la URL. ¿Qué significaba eso? No lo supe en ese momento, pero la inquietud creció. Sin embargo, ya era tarde. Mi curiosidad me había llevado a hacer clic, y eso desató una serie de eventos que nunca podré borrar de mi mente. Al ingresar al sitio, me sorprendió la velocidad con la que cargó.

La página estaba casi vacía, solo mostraba una lista de enlaces que parecían ser temas aleatorios, sin ningún tipo de contexto o explicación. No pensé mucho en eso al principio, simplemente empecé a hacer clic en los enlaces. Cada clic me llevaba a un rincón más oscuro, más perturbador. Había imágenes perturbadoras de personas desconocidas, algunas inconscientes o heridas, pero lo que más me impactó fue un vídeo. No me había percatado de que estaba viendo un vídeo hasta que comencé a escuchar un sonido extraño, casi gutural. Cuando lo vi, el sudor empezó a recorrer mi espalda. No era un vídeo como los que suelo ver en Internet.

Era algo real. Un hombre atado, rodeado de sombras, su rostro retorcido en un gesto de desesperación. De alguna manera, me sentí obligado a continuar viendo el vídeo. La pantalla brillaba, y las sombras en el fondo parecían moverse, acercándose al hombre atado.

Algo me decía que debía cerrar el vídeo, pero mis dedos permanecían inmóviles, incapaces de apartarse del ratón. Fue en ese momento que noté que el vídeo contenía un enlace en la parte inferior de la pantalla. Decía, haz clic si quieres saber más.

No pude resistirme. Con un solo clic, mi destino ya estaba sellado. El clic que hice no fue el final, sino el comienzo de algo mucho más siniestro. Al instante, mi pantalla se volvió negra. No era la típica pantalla de error, sino un vacío profundo que me absorbió, como si la propia computadora me estuviera tragando. En ese breve segundo de oscuridad, sentí una sensación de frío que no podía explicar. Estaba completamente solo en mi habitación, pero la atmósfera cambió, como si algo estuviera observándome desde el otro lado de la pantalla.

Finalmente, la pantalla se iluminó de nuevo. Apareció una interfaz completamente diferente, una ventana emergente que me pedía algo que nunca imaginé.

Responde una pregunta para continuar, decía. En la caja de texto se leía, ¿cuál es tu mayor miedo? No lo pensé mucho, por alguna razón, me sentí más curioso que asustado.

Escribí algo sencillo, una de esas respuestas comunes, perder a las personas que amo.

Pero, en cuanto pulsé enviar, la respuesta fue instantánea, demasiado rápida. Apareció un mensaje en letras rojas, no es la respuesta correcta. Confuso, comencé a mirar la interfaz buscando alguna pista. Fue entonces cuando noté que el enlace en la parte superior de la pantalla se había actualizado, debes ser honesto.

Mi mente empezó a dar vueltas, una ansiedad que no podía controlar. ¿Honesto con qué? ¿Por qué? Y, aún más inquietante, ¿quién o qué estaba detrás de todo esto? Decidí, por un impulso que ahora lamento profundamente, escribir mi miedo más profundo, algo que nunca había compartido con nadie, ser olvidado.

Parecía simple, pero sentí como si al escribirlo, hubiera desvelado una parte de mí que no quería enfrentar. Al dar clic en enviar, la pantalla titiló antes de mostrar un mensaje muy diferente, Bienvenido, ahora eres parte del juego.