60- Responsorios del Jueves Santo 2v5c30

Bienvenidos a Gregorio y la Paloma, el podcast con el que vamos a conocer algo más del canto gregoriano. Episodio sexagésimo, que es como quien dice el 60.

Vamos a iniciar hoy el tres episodios que vamos a dedicar a los responsorios, los responsorios de Semana Santa. El de hoy lo vamos a dedicar a los del jueves santo, el siguiente a los del viernes santo y finalmente los del sábado santo.

Bien, estos responsorios son unas oraciones que hay dentro de la hora de Maitines.

La estructura de Maitines es un poquito curiosa, no digo complicada porque no lo es.

Se divide en tres secciones, tres partes que se llaman nocturnos.

Bueno, esto ya lo hemos tratado hace mucho tiempo en un episodio que dedicamos precisamente a los oficios. Ahí creo que lo explicaba mejor. Nadie sabe por qué son tres ni por qué se llaman nocturnos. Bueno, si nocturnos está claro, porque se cantaban de noche. Pero bueno, hay mucha leyenda que no llega a ningún sitio. Lo que nos interesa es que cada nocturno consta de tres salmos con sus correspondientes antífonas y, a continuación, tres lecturas.

Y cada lectura va seguida por un responsorio. En el primer nocturno las lecturas se emplean de los textos del profeta Jeremías. Son las llamadas, a lo mejor a algunos les suenan las lamentaciones, y tienen un tono especial de canto propio. Me gustaría dedicarle más adelante un episodio propio a las lamentaciones de Jeremías de Semana Santa. El segundo nocturno utiliza textos de los comentarios de San Agustín sobre los salmos, y el tercer nocturno utiliza epístolas de San Pablo.

Y a cada una de estas lecturas le sigue una cosa llamada responsorio. Son oraciones que tienen una forma especial. Ya sean en los libros del antifonario, que es donde vienen las diversas oraciones del oficio, también hay varios. Esto no es solamente de Semana Santa, son muchos, en todas las horas hay algún responsorio. Normalmente son más o menos pequeñitos, los breves, y esto más largo que vamos a ver viene ahí como prolijos, los responsorios prolijos, amplios.

La característica que le da nombre es lo de la respuesta. Un responsorio tiene, digamos, tres elementos, tres partes. Primero se canta lo que es propiamente el cuerpo del responsorio, que, por cierto, también tiene dos partes y están separadas por un asterisco. Leyendo bla bla bla, asterisco sigue cantando bla bla bla. Cuando termina el cuerpo del responsorio se canta el llamado, este sí se llama así, versículo. Lo puede hacer un grupo reducido, si hay muchos cantores o un solista solo.

Una vez que ha terminado el versículo se responde repitiendo la segunda parte del responsorio desde el asterisco. Así que tenemos responsorio completo, versículo y segunda parte del responsorio. Estos son los responsorios normales que aparecen en cualquier otro momento. Pero ahora en Semana Santa, en Maitines, no solo en Semana Santa, en Maitines en general, perdón, el tercero de cada nocturno, después de haber repetido la mitad del responsorio, si cuando ya se supone que íbamos a terminar, pues no.

Se vuelve a empezar otra vez desde el principio y se canta el cuerpo del responsorio completo. Por eso el tercero, el sexto y el noveno son especialmente larguitos. Bien, esto de los responsorios es cosa de los oficios. Prácticamente casi no lo hay en la misa. Hay algunas misas especiales que por las razones que sean, por ejemplo, el Jueves Santo con el lavatorio de piel, el Viernes Santo, en esas ocasiones, pues el momento que hay procesiones o algo así, se puede poner algún responsorio. De hecho lo hay. Pero vamos, ya digo que estas cosas son propias de Maitines y de los oficios en general. Digo Maitines porque es lo que vamos a tratar hoy. Tenemos Jueves Santo, que se puede cantar a su hora, bien metida la noche, o adelantarla a la tarde del miércoles.

Eso ya no se hace, bueno sí, se hace mucho. Todas las iglesias que tengan algo que hacer así, luego por la mañana o por la noche, pues se adelanta y no pasa nada. Está previsto.