El amor en las personas tóxicas, por Alberto López 13463c

Cosas que yo hice correctamente y cosas que a lo mejor hubiese tenido que hacer de otra manera.

Y romper o quemar esa lista.

Otra forma es deshacerme de objetos que me recuerden a ti.

Por ejemplo, un regalo que me hizo mi pareja que después he visto que es tóxica.

A lo mejor fotografías, borrar fotografías, desprenderme de una camisa que me regaló.

Liberar mi energía, mi espacio energético de esos objetos que esa persona me regaló o compartimos.

Si puede ser un cambio de casa o de decoración.

Pero fíjate, todo ello intentando no caer en la trampa de la toxicidad.

¿A qué me refiero? Meto a una persona en una categoría, tóxica, y a partir de ahí ya me estoy equivocando.

No puedo trabajar siempre desde esa categoría.

Tengo que trascender esa categoría para insistir mucho en que era mi maestro.

Y no puedo calificarla como tóxica constantemente y esculparme yo de cualquier responsabilidad.

La pareja es una responsabilidad al 50%.

Y tengo que una y otra vez trabajar en mí.

Borrar fotos, regalar cosas que me regaló esa persona, tirarlas, quemarlas.

Todo ese tipo de cosas está muy bien.

Pero tengo que trabajar mucho ese concepto de persona tóxica porque sin darme cuenta tiendo a convertirme yo en una víctima.

Fui una pobre víctima de una persona narcisista, egoísta, maltratadora, que me pegaba.

Yo no fui nunca una víctima.

Fui una persona que necesitaba a ti como pareja en mi vida para aprender.

Y la gratitud tiene que estar siempre presente.

El perdón. Me perdono a mí mismo y perdono a esa persona.

Y quiero insistir, me perdono a mí mismo.

Porque a veces digo, ¿pero cómo he podido aguantar tres años a este hombre que me maltrataba? A esta mujer que me fue infiel.

Necesitaba esa experiencia. No supe hacerlo mejor.

Me perdono, le perdono y le dejo partir.

El perdón es una tijera energética maravillosa.

Voy a pasar a otra pregunta que nos llega de David.

Os pido de nuevo, que siempre lo hago en directo, que pongáis desde donde hacéis la pregunta.

Hacemos los rótulos y también de viva voz para generar un ambiente de comunidad global en cuanto a que las personas repartidas por el mundo no signifiquen en qué lugar del mundo.

Por una razón también de manifestación, amigos.

Una cuestión de contrapeso en esas manifestaciones que estamos viviendo a lo largo y ancho de este mundo, contrarias a la vida, contrarias a la humanidad, contrarias al conocimiento de que hay personas con conocimiento, con sabiduría y con intención.

Y eso de saber que hay una persona en Estados Unidos, otra en Alemania y otra en España o en cualquier lugar del mundo, nos significa que somos cada vez más y estamos manifestando un contrapunto, una mayoría, una masa crítica que es imparable.

Eso es lo que queremos.

Lo he dicho ya hoy abiertamente porque creo que comprendiéndolo bien esto es importante.

Estamos manifestando, amigos, algo importante.

Y esto también se transforma en los directos y se manifiesta aquí.

David te dice, no desde dónde, pero sí te dice que si crees que hay tantos jóvenes que no desean formar familias propias, ¿y cómo se puede motivarlos? Porque uno no sabe si es convicción, es decir, seguridad en que no quieren o pasan por una depresión o por cualquier otra cosa.

Pues es una gran pregunta. Yo creo que hay dos aspectos en esta pregunta.

Uno sería en aspectos puntuales, por ejemplo, la precariedad laboral, el metro cuadrado, que en muchas ciudades es muy caro, pero hay un núcleo detrás.

Y el núcleo es los principios y valores de la sociedad.

Estamos en una sociedad en la que se prioriza el consumo, en la que se prioriza lo inmediato.

Claro, si yo soy una persona que prioriza lo inmediato, no he aprendido a superar un reto concreto.

Por ejemplo, yo estoy saliendo con Ana, llevamos tres meses, tenemos una discusión.

Si no he aprendido a apostar a futuro, si no he aprendido a mirarme a mí, si solo estoy pendiente del impulso breve y rápido del consumo y redes sociales, desecho a Ana por una discusión que puede ser una tontería.

He dado mi responsabilidad y la culpo a ella.

¿Qué tenemos que hacer? Formar ciudadanos responsables, que busquen en sí el origen de lo que están viviendo, que aprendan a ver un contexto temporal más amplio.

Oye, hemos tenido un conflicto, vamos a intentar solucionarlo.

No puedo desecharte como si fueses una camisa que es vieja.

En una sociedad de consumo se nos está educando desde el impulso rápido, desde la no reflexión, desde la evasión de la responsabilidad, desde la manipulación. Somos individuos cada vez más egoístas, cada vez más centrados en un placer hedonista que pasa rápido.

¿Cómo voy a formar una pareja sólida desde ese punto de vista? ¿Cómo voy a crear una familia con esos principios y esos valores? Somos ciudadanos cada vez más individualistas, más aislados.