César Manrique, el artista de Lanzarote 1x4e3q

Nuestra parada de hoy es en la isla de Lanzarote, pero en vez de hablarte de los lugares de interés como playas, parques naturales, pueblos o ciudades, cosa que haremos muy pronto en otro episodio, en esta ocasión vamos a referirnos exclusivamente a uno de los nombres más importantes de la cultura canaria, César Manrique. Es un artista que ha sabido tocar distintas áreas y su nombre aparece identificado con creaciones muy diferentes que se extienden por varias islas del archipiélago canario, pero también en la península, donde por ejemplo lleva su firma el centro comercial La Baguada de Madrid. Citamos algunas de sus obras para que te des cuenta de esa diversidad. Los Jameos del Agua, unas cuevas volcánicas naturales en las que hay un auditorio y un restaurante.

El Charco de Arrecife, que es una entrada de agua en el mismo centro de la ciudad, precisamente en la que Manrique nació y que forma todo un entorno urbano. Los Miradores del Río en Lanzarote y de la Peña en la Isla del Hierro. La Mareta, casa palacio ubicada en Costa Teguise, que fue propiedad del rey José I de Jordania. Actualmente es una de las residencias de la familia real española, perteneciente al patrimonio nacional, en la que han pasado sus vacaciones, además de los reyes, varios presidentes del gobierno como Aznar, Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez, que la usa habitualmente en verano, y personalidades internacionales como los cancilleres alemanes Helmut Kohl y Schröder, el presidente checo Vaclav Havel y Mijaíl Gorbachov.

Siguiendo con las creaciones de Manrique, hay que citar el Jardín de Cactus, que es uno de los más importantes del mundo, Playa Jardín y el Lago Martiánez, en la ciudad de Puerto de la Cruz, en Tenerife. Los Parques Marítimos de Ceuta y de Santa Cruz de Tenerife. El restaurante del Parque Natural del Timafaya y hasta un coche para BMW. Pero ¿quién fue este personaje tan omnipresente en Canarias, que hasta el aeropuerto de Lanzarote lleva su nombre? Nació en la capital de la isla, en Arrecife, en el año 1919. Intentó estudiar arquitectura, pero finalmente terminó Bellas Artes en Madrid, donde ejerció como profesor y residió entre 1945 y 1964.

En los años 50 se introdujo en el arte no figurativo, investigando las cualidades de la materia, que sería un elemento esencial de su obra, siempre bajo la influencia de la naturaleza de su isla de origen, Lanzarote, pasando a formar parte del movimiento informalista. De ahí que sus creaciones tengan el aspecto de un naturalismo no realista, nacido de su particular interpretación del entorno que le rodea. Se fue a vivir a Nueva York a mediados de la década de los 60. Allí llegó a exponer varias veces en la galería Catherine Liviano, dejándose influir por el arte pop y el expresionismo abstracto americano. A su regreso a Lanzarote llevó a cabo diversos proyectos artísticos y paisajísticos, que ya citamos anteriormente y que resultaban muy novedosos para el momento, siempre con el objetivo de ensalzar la naturaleza y la belleza de la isla.

Como hemos comentado, la obra de Manrique se extiende por varias islas y en diferentes dominios, lugares de ocio, miradores, entornos naturales o edificios.

Las creaciones de Manrique abarcan tanto que es difícil encasillarlo en algo en concreto y quizá mejor calificarlo simplemente o sobre todo como un artista.

Intentaremos ahora aproximarnos a su figura con nuestro invitado Alfredo Díaz, que es el responsable del área pedagógica de la Fundación César Manrique en Lanzarote.

Buenos días señor Díaz. Muchas gracias por atendernos antes de nada. Estamos hablando de César Manrique como una persona que es difícil etiquetarlo en una disciplina concreta y que quizás resulta más adecuado referirse a él como un artista, pero un artista en mayúsculas. No sé si usted está de acuerdo.

Posiblemente es lo que a él más le gustaba.