
Descripción de Pentecostés 2a1945
¿Cómo entrar en el misterio del Espíritu Santo? ¿Cómo comprender el secreto del Amor? Jn 20,19-23. 703k31
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líberanos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.
Te adoro con profunda reverencia.
Te pido perdón de mis pecados y gracia para ser con fruto este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercedan por mí.
Después de 50 días de Pascua, llegamos a la fiesta de Pentecostés, con la cual termina el periodo pascual, en la que conmemoramos la venida del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico, sobre la iglesia, sobre cada uno de nosotros.
Y nos podemos preguntar, ¿cómo entrar en este misterio del Espíritu Santo, que es el gran desconocido? ¿Cómo comprender el secreto del amor, si es tan difícil? Y vamos a seguir en nuestra oración las predicaciones del Papa Benedicto XVI, que el ciclo C correspondió a los años 2006, 2009 y 2012 de su pontificado, para ver cómo propone que la manera de entrar en ese misterio del paráclito es pidiendo, en la oración, el don de Jesús, el paráclito, para llevarlo al mundo entero.
Entre todas las solemnidades, Pentecostés es muy importante porque es como la realización de las promesas de Jesús, que mientras huía a Jerusalén, en capítulo 12 de San Lucas, declaró esa famosa palabra, Son palabras que se cumplen de la forma más evidente, dice Benedicto XVI, precisamente en esta fiesta judía, que en la iglesia es la fiesta por excelencia del paráclito.
Como dicen los hechos de los apóstoles, vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían y se posaban encima de cada uno de ellos.
Nos imaginamos la escena.
He venido a prender fuego a la tierra.
Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras lenguas.
Según el Espíritu, les concedía manifestarse.
Tú, Señor, trajiste a la tierra el fuego verdadero, el fuego del Espíritu Santo.
Hay un mito famoso, que es el de Prometeo, un mito griego, que dice que este hombre le arrebató el fuego a los dioses y por eso fue castigado.
Pero, en este caso, no es Cristo que le arrebate el fuego a los dioses, sino que se hace mediador del don de Dios, obteniéndolo para nosotros a través del mayor acto de amor de la historia, que es su muerte en la cruz.
No es simplemente un don, es una recompensa que nos regala.
Y el Señor quiere seguir entregando ese fuego a cada generación humana.
Y, como dice también en San Juan, Él es Espíritu y el Espíritu sopla donde quiere.
Pero, el camino por el cual Dios ha elegido normalmente arrojar el fuego sobre la tierra, prender el fuego en la tierra, arder, es Jesús mismo.
Su Hijo unigénito, encarnado, muerto y resucitado.
Y, al mismo tiempo, Jesucristo constituyó a la iglesia como su cuerpo místico para que se prolongue su misión en la historia, su familia en la tierra.
Reciban el Espíritu Santo, había dicho Jesucristo resucitado el mismo domingo de Pascua, acompañando esas palabras con un gesto lleno de significado, sopló sobre ellos.
Como había soplado en la creación para traer al mundo los hombres, para comunicarles su Espíritu, para hacerles imagen y semejanza, así manifestó que Jesús transmitía su Espíritu, el Espíritu del Padre y el Hijo, soplando sobre ellos.
Comentarios de Pentecostés 2l133q