Preparado Jugador 2: Guardián del Rol-Ep2 2v6q37

Estás escuchando la Taberna de Crowley. Turcol habla. Preparaos para un viaje donde lo real queda fuera de juego. Hoy seré vuestro guía en este recorrido por mundos donde lo imposible es solo el punto de partida. Lo primero, lo primero, ¿cómo está el equipo? Ya ha vuelto de hablar con el tabernero a ver que todavía no sabemos de dónde cojones viene ese olor a gas, pero sí es verdad que, curiosamente, desde que nos hemos dado cuenta, como que ha bajado la temperatura aquí dentro y le he dicho que le echen más leña al fuego porque esto no, no estamos quedando aquí pajaritos todos. Yo no sé si tiene que ver que hemos aumentado a cierto personaje que, como ya veremos, es más peligroso de lo que parece. Creo que sin querer, y habiendo dicho sólo su nombre, he invocado a un ser con unos poderes ancestrales más allá de toda comprensión humana.

Tiene la capacidad de decidir sobre la vida y la muerte y no hay Dios o deidad primigenia que pueda detenerlo. Pero aquí hemos venido a jugar, así que vamos a seguir hablando de él así nos dejemos la piel en ello. Y bueno, pues ahora, ya que lo hemos nombrado al demonio, vamos a hablar de él, el director del juego.

El avance de la partida está supervisado por uno de los participantes, pero no se le denomina jugador, sino Dungeon Master, Director del juego, Game Master, Master, Guía, Guardián y un largo etcétera. El director del juego es un ser supremo que tiene el suficiente poder para poder descargar sus frustraciones en la mesa y convertir la partida en un infierno para sus jugadores. Bueno, a ver, es coña, pero si es mejor que os llevéis bien con él. Hostia, que se me ha caído el móvil a suelo.

Tabernero, una jarra de cerveza y una ración de rumores, por favor.

¡Coño! Hostia, ¿qué haces aquí? Ya decía yo que olía a azufre desde hace un rato.

Me han invocado y aquí estoy.

Como bien he dicho, huele a azufre y si huele a azufre es que ha llegado Ignacio. Ignacio, mi querido amigo, es el Dungeon Master del infierno.

Gracias.

Bienvenido, Ignacio, a la taberna. Ignacio, aquí donde le tenéis, metro setenta y dos y cara de ser el señor que espera en las puertas de las escuelas asustando niños.

Siempre un placer estar aquí, sobre todo porque una taberna es el lugar ideal para empezar una aventura de un juego de rol. ¿Cuántas veces os juntáis en una taberna y hay un extraño desconocido en una esquina de la sala? Ya sabes, ya sabes dónde está el gano.

Ahí está. Eso, algo así nos enseñó en su momento la naranja mecánica. Ninguna historia buena empieza sin un vaso de leche y ninguna partida de rol empieza sin pasar por una taberna.

Bueno, pues hemos invocado a Ignacio haciendo un círculo de gatitos y galletitas para que venga a echarnos una mano definiendo el personaje de director de juego de las partidas de rol, ya que tiene unos cuantos años de experiencia en el entorno, ¿no? Sí, tengo cuatro o cinco años de experiencia en distintos momentos de mi vida y mejorando con los años, además. Sí, y además empezaste relativamente pronto porque con nosotros...

En 2004, 2005. 20 años, o sea que cuando éramos justo mayores de edad, sí, podría conceder en mi casa alcohol y, como hemos dicho antes, muchísimas risas. Oh, sí, sí, sí, no demasiadas, pero muchas risas y cosas muy... Cosas que hoy en día no se harían, quizás, pero que en su momento era muy divertido. Netflix los cancelaría. Oh, oh, pero ahora mismo. Y los que hago ahora también me cancelarías, eso no hay duda. Bueno, bueno. Bueno, Ignacio, ya que has venido a echarnos una mano, me voy a aprovechar y te voy a dejar hacer el trabajo difícil.