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Historias del retabillo, escucha pasar la historia contada en los podcasts de Carlos Urzenki. Bienvenidos a un nuevo episodio de historias del retabillo, hoy vamos a volver de nuevo a la marca superior de Arándalos, a la que habíamos dejado con la derrota y la desaparición de los Banucasi y del Moromuzo, y nos habíamos quedado con el comienzo del gobierno de los tuyibíes, que eran estos gobernadores de Zaragoza, que eran de origen yemení, como los primeros jefes gobernadores de la marca superior en el inicio de la conquista musulmana, y que habían protagonizado junto con los muladíes una lucha por el poder en el Valle del Ebro.
Recuperan el poder bajo el gobierno de Abdelrahman III, quien los llamó a Córdoba para confirmarles en su gobierno y exigirles formalmente el pacto de fidelidad, no sólo en sus campañas militares, sino que también mantuvieran los territorios heredados, y además les exigió un porcentaje de los impuestos y parias que tenían que enviar a Córdoba. El gobernador entonces de Zaragoza, de la marca superior, se llamaba Mohammed bin Hassin al-Tuyibí y era gobernador desde el año 931, había heredado el cargo de su padre.
El caso es que éste, con el apoyo del rey de León, Ramiro II y de la famosa reina Toda de Pamplona, se rebeló contra el poder caífal infringiendo una derrota a las huestes de Abdelrahman III en la batalla de Osma.
El califa, algo cabreado, respondió atacando los feudos tuyibíes en el Jalón y ejecutando al gobernador del clan en Caratayuz, de donde provenían, y poniendo sitio, de nuevo, esto era una tradición, poniendo sitio a la ciudad de Zaragoza. Tres meses duró el exedio y Mohammed capituló en el año 937, y según cuentan las crónicas, en la mezquita mayor, Hama, lo que es ahora la catedral de la SEO, llegó a pronunciar hasta 50 votos de fidelidad a Abdelrahman III. El caso es que Mohammed no sólo salvó la vida, sino que fue confirmado como gobernador a cambio de prestar vasallaje al califa, obligándole a romper relaciones con los cristianos y los compromisos que había adquirido en su primer viaje a la capital del califato.
Pero Abdelrahman III fallecerá en el año 961, le sustituirá a su hijo Alacá en segundo, que lo hará en el 975, y tras el periodo de Almanzor, el califato de Córdoba cayó en barrena, en picado, el gobierno se descompuso y a comienzos del siglo XI, que corría el año 1009, el poder musulmán estaba descompuesto no sólo en la marca superior de Al-Ándalus, sino en todas las marcas musulmanas, que había las coras, las diferentes coras, y en medio de toda esta confusión apareció un personaje que se decía, era miembro de una rama de los tuyibíes y otras fuentes, hijo de un simple soldado, Fial Almanzor, que había sido gobernador de Tudela en el año 1006, unos años antes, y que en el año 1013 se hizo con el poder de Zaragoza, proclamándose como Almanzor Chamberlain de la Teifa de Zaragoza y proclamando así su independencia. Este personaje se llamaba Mundir, que dio a Zaragoza la categoría de gran corte y comenzó a crear su capital, entre otras cosas pues ampliar la gran mezquita al-Hama, donde está hoy la catedral, y sobre todo también el palacio de la alhacería.
Mundir gobernó unos años, hasta el año 1021 o 1023, y le sucedió su hijo, que se llamaba Yaw Yaw al-Muzaffar, que tuvo que luchar contra las
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