TRUMP Y LOS ARANCELES CONTRA EL MUNDO ¿LOCURA O PLAN MAESTRO? 12/04/2025 b5l53

Una Hora en Libertad, con José Paparelli.

Señoras y señores, bienvenidos a Una Hora en Libertad. Y esto es el telediario o nosotros. Incertidumbre. No hay nada peor, no sólo para la economía, sino también para todos los órdenes de la vida. Malas son las señales emitidas por la economía global. Nada peor para el dinero que la falta de seguridad, la falta de certeza para la inversión, el crecimiento y el desarrollo.

La incertidumbre y el miedo ya están instalados en los mercados. Desde el Día de la Liberación, un día histórico para Donald Trump con la imposición de aranceles comerciales al mundo entero, vivimos días vertiginosos, crispados e incómodos. Ahora el mundo parece dividirse entre quienes apoyan a Trump y sus medidas ciegamente y quienes se oponen del mismo modo al presidente estadounidense y sus aranceles, sin término medio.

Lo único cierto es la incertidumbre frente al resultado de la implementación de unas medidas, ahora prorrogadas por tres meses, que dejan todo en un impas hasta un nuevo avance de lo que algunos llaman plan maestro o lo que para otros es sólo una nueva ocurrencia del mandatario norteamericano. Personalmente dudo mucho de quien afirme tanto una cosa como la otra, pero hay algunas cuestiones que no están tan en duda. Como sus aranceles, Donald Trump, con sus aranceles, perdón, Donald Trump voló por los aires la política comercial estadounidense, con un impacto global sin precedentes. La guerra arancelaria ya está en marcha y como toda guerra se sabe cómo comienza, pero no cómo ni de qué manera puede acabar.

Donald Trump no distingue entre aliados, rivales, socios estratégicos o enemigos. Todo aquel que tenga el superávit comercial es su objetivo a batir. Apareció como Moisés con las tablas de la ley en sus manos y con una teatral puesta en escena. Señaló al mundo entero el porcentaje arancelario que cada país sufrirá.

Bueno, algunos como Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y Cuba han sido amnistiados. ¿Cómo calculó Trump los aranceles? Muy fácil, déficit comercial dividido por importaciones, igual a porcentaje arancelario. Hasta hoy un 150% para China, el 20% para la Unión Europea, luego la prórroga y un 10% para todos. Trump aplica los aranceles ipso facto, luego los suspende durante 90 días para negociar con quienes, según el presidente, entre comillas, le están besando el culo.

Para su istración, si un país le vende a EEUU más de lo que le compra, entonces está siendo estafado, saqueado, violado, espoleado y robado.

Literalmente esto dicho por el propio presidente. Incertidumbre en los mercados, pero certeza en que la imposición generalizada de aranceles afectará inevitablemente al aumento de precios internos, con el peligro de una recesión económica. Cuando esto sucede, el que paga siempre es el consumidor final, con el llamado impuesto de los pobres, es decir, con inflación. Ahí tenemos muchos ejemplos evidentes de esto y que han acabado muy mal. Uno de ellos es la misma Argentina.

Desde el perón autárquico, el alfoncín socialdemócrata radical y progre, hasta la mafia cleptócrata kirchnerista. Los aranceles reducen las importaciones, pero también las exportaciones y no garantizan el crecimiento. Un país cerrado no compite, se atrofia, queda sin financiación y fuera del mercado internacional. Es decir, se estanca y se empobrece. Si lo que busca Trump es equilibrar el déficit comercial con el mundo, tal vez debería considerar lo siguiente. Atención, abro comillas.

Una de las falacias más recalcitrantes de nuestra época consiste en sostener que es muy bueno para un país exportar y es inconveniente importar. O dicho en otros términos, el objetivo debiera ser exportar más de lo que se importa, al efecto de contar con un balance comercial favorable.

Esta conclusión deriva del mercantilismo del siglo 16, que seguía el rastro de las sumas dinerarias, sin percatarse que una empresa puede tener alto índice de liquidez y estar quebrada.