
El monstruo del Lago Ness, o cómo un mito dio la vuelta al mundo l2t65
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En 1933, un periodista informó de una criatura parecida a un animal prehistórico oculta en las aguas de un lago de Escocia. El bulo se difundió enseguida por todo el mundo. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/715166 36w12
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Hoy hablaremos de cómo nació un mito, el monstruo del lago Ness. El 2 de mayo de 1933 apareció un artículo sin firma en un periódico local de Escocia, el Inverness Courier. En él se recogía el testimonio de un matrimonio que había observado en las aguas del lago Ness una gran criatura parecida a una ballena que se entretuvo girando y zambulléndose.
Ese lago de las tierras altas de Escocia, de 37 kilómetros de largo por sólo dos y medio de anchura máxima, profundo y de aguas turbias, se había acreditado durante generaciones por ser el hogar de un monstruo de aspecto temible, seguía diciendo el texto, que comparaba además el supuesto monstruo con los kelpies o caballos de agua de los mitos célticos.
Tres meses más tarde el mismo periódico publicaba la carta de un londinense llamado George Spicer, quien afirmaba que mientras circulaba en coche con su esposa alrededor del lago Ness, vio una extraña criatura cruzando la carretera ante él. Vi lo más parecido a un dragón o animal prehistórico que he visto en mi vida, declaró. Parecía tener un largo cuello que movía arriba y abajo al caminar.
El autor de la noticia inicial fue Alex Campbell, corresponsal freelance que residía en un pueblo a orillas del lago Ness. En los días siguientes Campbell siguió publicando noticias sobre el tema en los medios escoceses. En una afirmaba, mucha gente en el distrito piensa ahora que el monstruo es ciertamente una criatura prehistórica, y anunciaba exultante, es seguro que se la verá de nuevo. Quizá todo esto hubiera quedado en anécdota de no ser por la pujanza de los medios de comunicación británicos.
Ante la extraordinaria noticia el periódico The Scotsman, de difusión nacional, envió en octubre de 1933 al lago Ness al periodista Philip Stolker. Este recogió el testimonio de un hombre que no había creído en el monstruo hasta que vio por sí mismo aquel cuerpo con cuello largo. Quien declaraba esto no era otro que Campbell, que se destaparía como un testigo de excepción de las apariciones del engendro, pues aseguró haberlo visto en 18 ocasiones, incluso a corta distancia.
Se ha llegado a calificar a Alex Campbell como el hombre que inventó al monstruo. El periodista Philip Stolker dio a conocer las conclusiones de su investigación en dos reportajes en The Scotsman. Sostenía que en el lago Ness habitaba una gran serpiente marina que habría llegado desde el mar remontando el río Ness. La gran serpiente marina era un monstruo que supuestamente habitaba en las profundidades de los océanos y que aseguraban haber avistado cientos de marinos desde el siglo XVIII.
A raíz de los descubrimientos paleontológicos del siglo XIX, algunos naturalistas pensaron que las serpientes marinas podrían ser pleisosaurios, reptiles marinos de gran tamaño y de largo cuello que vivieron en el mesozoico hace entre 252 y 66 millones de años. Con el tiempo la gran serpiente marina quedó reducida a la leyenda por falta de pruebas de su existencia, pero en 1930 cobró nueva actualidad con la publicación del libro The Case for the Sea Serpent, argumentos a favor de la serpiente marina. Su autor, el comandante de marina Rupert Gould, argumentaba de nuevo que el reptil era en realidad un pleisosaurio.
El propio Gould aparecía en el lago Ness a finales de 1933 para realizar su investigación particular, en la que concluyó que el monstruo del lago era la gran serpiente marina que se había adaptado al agua dulce. Gould atribuyó al monstruo la forma de un pleisosaurio, imagen que se mantiene hasta hoy. En otoño toda la prensa británica se hizo eco del misterio del lago Ness y en pocas semanas la noticia se internacionalizó. Por un momento el atractivo turístico del monstruo pareció un alivio contra la gran depresión y el lago se convirtió en un popular destino turístico. El fenómeno llegaría incluso a la prensa española.
En diciembre el corresponsal de la vanguardia informaba de que miles de turistas habían aprovechado las vacaciones navideñas para acampar en las orillas del lago, en expectación de que aparezca en la superficie de las aguas el monstruo anónimo. Pero lo que terminaría por dar el espaldarazo definitivo a Nessie, como se le llamó después, fue una foto, la más importante de la historia de los monstruos.
El 21 de abril de 1934 el periódico londinense Daily Mail publicaba una imagen, tomada por un cirujano, en la que se ve algo parecido a un cuello y una pequeña cabeza sobresaliendo del agua del Laones. En realidad fue un fraude perpetrado por un individuo llamado Marmaduke Wertherel, que había sido despedido por el mismo periódico el año anterior precisamente por falsificar pruebas del monstruo.
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