Descripción de Sorarrain, el portero que no llegó a jugar en Atotxa 564d1w
Juan José Sorarrain fue un portero al que se le escapó la oportunidad de debutar en la Real. No lo tenía fácil, compartía portería con dos extraordinarios guardametas, Juan Bagur e Ignacio Eizaguirre, por lo que el entrenador txuri urdin, José Ignacio Urbieta no llegó a darle la alternativa en la única temporada en la que estuvo en el equipo, aunque se sentó una veintena de veces en el banquillo. Pero es que ni siquiera pudo jugar en Atotxa cuando lo visitó con el Jaén o el Sporting. La única vez que jugó contra la Real fue con el equipo andaluz, pero siendo local, no en Donostia. 4l602f
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¡Bienvenidos a Corazón Churriurdín, el podcast en el que escucharéis historias sobre la historia de la Real Sociedad! Soy Juan Rodríguez Villán. ¡Arrancamos! Hay en la historia de la Real Sociedad personajes que quedaron en la sombra, seguramente olvidados por muchos porque no llegaron a alcanzar la gloria, por cerca que estuvieran de tocarla con sus dedos.
Algo así podríamos decir que le sucedió a Juan José Sorarráín, un portero que jamás llegó a debutar con la Real, pero que tampoco pudo jugar en Atocha a pesar de militar en equipos que visitaron el viejo y desaparecido campo Donostiarra.
De Sorarráín hay pocos datos conocidos, nació en Donostia el 25 de abril de 1928 y cuentan que se convirtió en portero en la arena de las playas guipuzuanas, como tantos otros grandes arqueros que han defendido la portería de la Real y de otros equipos.
Jugó en el Tolosa, en el Michelín y en el Villafranca, antiguo nombre de la actual Ordizia, y después emigró a Venezuela, donde defendió la camiseta del Loyola en la campaña 1952-53.
Sorarráín llegó a la Real en la temporada 1953-54.
En aquella campaña, la Real contaba con una dupla de porteros de lujo.
El titular era Juan Bagur, pero en la suplencia estaba Ignacio Izaguirre, después de haber regresado al equipo chirurdín tras su exitoso paso por el Valencia.
Sorarráín era el tercero en discordia, lo que hacía verdaderamente complicado que José Ignacio Urbieta, técnico de la Real, le pudiera dar la alternativa.
El guardameta, en todo caso, fue el suplente de Bagur en los 12 primeros partidos de liga, entre los que figuran las visitas a la tocha del Barcelona o el Valencia y los desplazamientos al Metropolitano, Chamartín o San Mamés.
En la decimotercera jornada, la visita al Oviedo es ya a Izaguirre quien se sienta en el banquillo, y éste recupera la titularidad en la decimoquinta jornada, la visita al Estadio de Nervión, en Sevilla.
Bagur es entonces quien pasa a sentarse en el banquillo.
Pero con la lesión de Izaguirre, se recupera la situación del arranque liguero en la decimosexta jornada, la visita al Scorch para medirse al Barcelona, y eso se mantiene hasta la vigesimocuarta, el partido que el Real Madrid jugó en la tocha.
En total, Sorarraín estuvo 21 partidos en el banquillo.
El portero, que ya tenía entonces 26 años, no permaneció en la Real al finalizar la temporada, pero compartir entrenamientos con Bagur y a Izaguirre seguro que le dejó alguna que otra lección para su carrera.
En la temporada 1954-55, fichó por la Felguera, equipo asturiano que militó aquella campaña en la segunda división, ocupando una más que honrosa séptima posición en el grupo primero de la categoría, y jugando como titular indiscutible.
Su buen hacer en tierras asturianas le valió fichar por el Jerez, también en segunda, donde también es titular, pero juega algo menos.
Después de esos dos años en segunda, le llega su gran oportunidad a la de volver a primera división, esa que en la Real solo pudo saborear desde el banquillo.
En la temporada 1956-57, ficha por el Real Jaén, donde llega a jugar 15 partidos.
Pero el destino le robó la posibilidad de jugar en Atocha.
En aquel partido, en la quinta jornada de liga, quien defendió la portería del equipo jienense fue Cardoso.
Sorarraín, no obstante, sí pudo jugar contra la Real en la segunda vuelta, en la vigésima jornada.
Y ahí sí tuvo una enorme alegría, pues el Jaén derrotó al conjunto chururdín por un contundente 3-0.
El Jaén mantuvo la categoría por los pelos, fue decimocuarto solo por delante de los dos equipos que se fueron a segunda, Deportivo de la Coruña y el Condal.
Su buen rendimiento en Jaén permitió que se fijaran en el Sporting de Gijón, club por el que fichó para la temporada 1957-58.
Pero allí no tuvo la fortuna de jugar de manera habitual.
Solo disputó un partido, y, por supuesto, no fue contra la Real.
Ni siquiera lo jugó como titular.
Su debut con el Sporting fue en el partido contra el Atlético de Madrid, entrando en lugar de Sion, que se había lesionado a los ocho minutos de juego.
En Atocha, en la décima jornada de liga, fue el propio Sion quien defendió la meta esportinguista, mientras que en la visita de la Real al Muninón, fue García.
Sorarraín fue el suplente en los dos partidos.
El exguardameta Chururdín estuvo, por tanto, 21 ocasiones en el banquillo de la Real, y en las dos ocasiones en las que visitó Atocha con otros equipos, también se sentó en el banquillo, pero en el visitante.
La posibilidad de jugar en Atocha le fue esquiva hasta con tres camisetas, pero su historia ayuda a entender la grandeza que siempre tuvo la cantera de porteros guipuzuanos, muchos de los cuales tuvieron que emigrar ante el extraordinario nivel de aquellos que sí hicieron historia bajo la portería del equipo chururdín.
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